Octava vela de Janucá – ¡Zot Janucá!
Llegamos a la última noche de Janucá. Hoy encendemos todas las luces de la janukía y la vemos brillar en su totalidad. El día octavo de Janucá se le conoce también con el nombre de Zot Janucá, lo cual significa “Esto es Janucá”. Este nombre proviene de una frase de la lectura de la porción de la Torá que se lee durante este día. Aparece en Números 7:84, y dice: “Zot Janucat Hamizbe’aj” – “Esta es la dedicación del altar”. Esta frase aparece después de una larga enumeración de los regalos que cada una de las doce tribus de Israel entregó para el Tabernáculo. La inauguración se da no cuando el Tabernáculo está construido, sino solamente cuando todas las tribus se unifican y colaboran para lograr una meta común.
A través de estos días hemos visto que el simbolismo de Janucá nos lleva a explorar diversas facetas de nuestra vida.
Zot Janucá es tiempo de milagros. Ha llegado el momento de abrirnos a nuevas posibilidades y descubrir otras alternativas para solucionar los retos que se nos presentan.
Zot Janucá es Hannah, la hermana de los Macabeos y lo que ella representa: la fuerza de la mujer para desencadenar cambios y transformaciones en el mundo.
Zot Janucá es el aceite, que nos invita a utilizar los más simples elementos de la vida para crear infinitas posibilidades, ya que los milagros se manifiestan cuando utilizamos nuestra creatividad.
Zot Janucá es el orden. La forma en la que encendemos las velas nos habla de cómo cada acción debe estar encaminada a lograr una meta definida.
Zot Janucá es el juego del s’vivón, que nos recuerda que la vida es un constante girar tratando de mantener el equilibrio, unificándonos con nuestro centro espiritual, a veces cayendo y siempre levantándonos para girar de nuevo.
Zot Janucá es los sueños. José nos muestra que nuestros sueños son la guía que nos impulsa a luchar por nuestros ideales, a creer en nostros mismos, a tener paciencia y perseverar.
Zot Janucá es la janukía hecha de hierro, mostrándonos que dentro de nosotros, se enciende la chispa divina que nos impulsa, nos guía y nos inspira a transformarnos y transformar la sociedad en la que vivimos.
Zot Janucá es Ocho, el número de noches que encendemos las velas. El número que representa una realidad superior, más allá de las limitaciones que nos imponemos.
Nuestra tradición nos regala la festividad de Janucá como una oportunidad para encontrar ese lugar dentro de nosotros donde la luz no se apaga, donde todas las partes se unifican, donde nos sentimos seguros e interconectados.
Esta es la última noche, pero es mucho más que eso. Es la oportunidad de llevar todas las luces de la janukía y todos los pasos que hemos tomado, a un espacio infinito dentro de nosotros. Es nuestra rededicación, nuestro compromiso de trabajar para alcanzar los más nobles ideales.
Zot Janucá – Esto es Janucá, una janukía ardiente que nos inspira y nos guía todos los días de nuestra vida.
¡Hag urim sameaj!
Rabina Ileanah Carazo
Tevet 5781 – Diciembre 2020